viernes, 14 de febrero de 2014

San Valentín en el museo

Teatro, Cine & Televisión


Nueva York (EE.UU.).- El amor es una de las fuentes inspiradoras del arte, pero a pocos se les ocurre pasar el Día de San Valentín en un museo, algo que propone el Metropolitano de Nueva York, que ha preparado para este viernes un romántico paseo por sus estancias y la posibilidad de que cada cual encuentre su media naranja artística.

"Los artistas siempre hablan de creatividad como una pasión intensa, irresistible, motivadora, tormentosa... también tranquila, introspectiva, lenta. Muchos artistas han sido inspirados por sus parejas y las han retratado o esculpido. La expresión artística conecta con lo que significa ser humano, incluyendo enamorarse", explican a Efe desde el museo.

Si bien normalmente el museo abre cada viernes hasta la noche y puede ser un lugar en el que pasar una agradable velada con la música que suena en el balcón del vestíbulo principal y con las colecciones expuestas a media luz, esta vez el museo enciclopédico de Nueva York ha querido ir más allá y erigir el enorme edificio a las puertas de Central Park como un lugar del que o en el que enamorarse.

En el Día de San Valentín, a partir de las 18:30 hora local empezarán las actividades que conectan el amor con el arte.
La primera de ellas, llamada "Meet your Match", consiste en que el visitante, a través de un breve cuestionario, vea qué obra de arte del museo se corresponde con su sensibilidad. Dicho de otra manera encontrar su "media naranja artística" y, tomarse una foto con ella para el Instagram con el hashtag #metselfie.

El Met propone un "encuentro íntimo" con esa pieza de arte, acercarse al sentimiento que esconde, a las pasiones de su autor... Y quién sabe si eso acabe conectando con alguien que también ha sido conducido al encuentro con su "obra-alma gemela". ¿Alguien recuerda la turbadora escena de "Vértigo" en la que James Stewart se enamoraba de Kim Novak mientras miraba el cuadro de su antepasada?

Para los que sean de un romanticismo más narrativo, el museo propone también unas "Pillow Talks" (charlas de almohada) basadas en recorrer las estancias de época que el Metropolitano tiene en su colección y encontrar las historias escondidas en esas camas centenarias.

Desde la Roma clásica a la Italia renacentista, pasando por antiguas alcobas de China, Japón o Siria, este viaje amoroso en el tiempo y en el espacio es una de las actividades favoritas de los organizadores.

"Es divertido imaginar qué transpiraban estas habitaciones, incluso qué cuadros colgaban en esas estancias. Pensamos que era un gran tema para San Valentín y tenemos un guía fabuloso para esta parte", explican fuentes del museo.

Entre las obras más románticas del museo (no en el sentido del movimiento artístico, sino según la concepción sentimental adoptada después), los organizadores hablan de la escultura "Evening", de Frederick Wellington Ruckstull, realizada en 1891 y que muestra la sensual figura de una mujer desnuda reintepretada por los cánones neoclásicos.

Quizá también la pintura "Pigmalión y Galatea", de Jean-Léon Gérôme en 1890, precisamente el abrazo entre carnal y marmóreo de un escultor con su escultura femenina, tan real que hace germinar en él el impulso amoroso.

También hay témperas sobre papel del siglo XVII, como "Dos amantes", del calígrafo persa Reza Abbasi, para los amantes de la sensualidad que atraviesa suntuosos ropajes, o fotografías como "Parejas bailando en la azotea de la Bauhaus", de T. Lux Feininger en 1929, un romance más mundano, más espontáneo.

Además, esta iniciativa coincide con la exposición de fotografías de París, la "ciudad del amor", de Charles Marville, y sonará la música especialmente seleccionada para la ocasión que incluirán Welcher, Ives, Bolcom, Paterson o Mellits.
Eso sí, ya el sábado, todavía bajo el influjo de Cupido y sus flechas del amor, el Museo Metropolitano ha programado el concierto "A Valentine from Jane Monhait", un programa especial que cantará al arte de amar, y el restaurante ofrecerá un menú especial para enamorados.

Todo para convertir el museo más grande de Nueva York en "un lugar que rezume romance", concluyen desde el Met antes de recordar, claro, que quizá el mejor regalo para la pareja sea una tarjeta de miembro del museo.

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